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Una tierra de arena y galaxias
Loonse & Drunense Duinen

Una tierra de arena y galaxias
Loonse & Drunense Duinen

por Dirk Wijnand de JongNúmero #11

Durante diez años los colaboradores holandeses de WideOyster Bas van Oort y Dirk Wijnand de Jong exploraron el mundo, hasta que se dieron cuenta de que apenas conocían su propio país. Así nació ‘Expedition Backyard’. En cuatro temporadas exploraron su propio país como si fuera su última misión. A través de los ojos de viajeros del mundo real descubrieron los pantanos de los Países Bajos, y también las islas, pero lo más sorprendente fue encontrar un verdadero desierto de arena en Brabante.

Cuando suena la alarma, el mundo ha sido envasado al vacío. Todo está tranquilo, no puedo escuchar los sonidos alrededor que me dan pistas de la hora del día, algo que me suele dar mucho placer. No puedo oír ningún pájaro, y tampoco puedo oír ninguna puerta de autocaravanas cerrándose. Es tan tranquilo que incluso puedo oír mi corazón latiendo en mi pecho. De todos modos, son las cuatro y media y la alarma ha sonado. Salgo torpemente de mi saco de dormir, pongo mis lentes de contacto, saco la mano afuera para comprobar la temperatura, me enfundo en un grueso calzón, despierto a Liva y le digo que haga lo mismo.
Nos lleva un par de minutos llegar al borde del bosque. Mis mejillas y mis manos están húmedas. Cruzamos un claro abierto en el bosque y subimos por la pendiente, paso a paso, todavía un poco soñolientos, pasando junto a los árboles que forman siluetas oscuras en el resplandor de las farolas. Liva llega primero a la cima. Ella espera allí inmóvil por un momento, así que sé que debe haber algo interesante en el otro lado. Jadeando, me uno a ella un poco más tarde y veo un enorme arenero en el fondo de la colina, que se extiende todo el camino de izquierda a derecha. Las dunas del Parque Nacional de Loonse en Drunense Duinen.

Ahí estamos, admirando la vista. La misma niebla que sentimos posarse en nuestra piel en el bosque ahora se cierne debajo nuestro como un velo transparente que cubre la arena. Si lo miras el tiempo suficiente, parece un fantasma flotando lentamente sobre los brezales. La escena se vuelve realmente magnífica cuando el sol se arrastra por encima del manto de hojas. En un instante, la llanura oscura que se encuentra a nuestros pies se convierte en un turbio y acuoso mundo anaranjado con tocones retorcidos que se levantan de él como curiosos fantasmas.
Nos sentimos parte de una película de aventuras. Llenos de dicha corremos por la ladera, levantando arena en todas direcciones a medida que avanzamos.

Si lo miras el tiempo suficiente, parece un fantasma flotando lentamente por encima de los brezales

 

Decidimos explorar la llanura de arena progresando pegados al borde del bosque. Un par de cientos de metros más adelante hay una repentina curva brusca a la derecha, lo que revela un tramo aún más grande, más largo y más montañoso de desierto. Por lo que nuestros ojos pueden ver no hay nada más que dunas de arena, una “montaña tras otra” de colinas en constante cambio, hechas de miles de millones de millones de granos de arena. Y luego pararse a pensar que hay siete veces más estrellas en el universo que granos de arena en el Planeta Tierra. Un hecho que de repente me viene a la mente cuando en la parte superior de una duna de arena de un metro de altura sacudo una galaxia entera de mis zapatos.

EL SAHARA DE BRABANTE

Todavía recuerdo la primera vez que visité un verdadero desierto. Me desperté en una tienda de beduinos en el Sahara. Había granos de arena microscópicamente pequeños en mi glúteo, en mi teléfono móvil y, incluso semanas después de haber regresado a casa, en mis oídos. Pero lo que más me impresionó fue una excursión a una montaña de arena de treinta metros de altura, donde una tormenta de arena descendió repentinamente y borró todas mis huellas, dejándome totalmente desorientado. De repente, el horizonte se veía exactamente igual mirases donde mirases. En ese momento me di cuenta de lo crucial que puede ser una mala decisión en un lugar así. Mi segunda experiencia de este tipo, esta vez en Perú, sirvió para subrayarlo. Un objeto brillante en la arena me llamó la atención. Cuando me acerqué, descubrí que era el esqueleto de una mujer joven, completamente intacta, con sólo unos restos de carne y ropa en algunos lugares.

Lo que me causó mayor impresión en mí fue una excursión a una duna de arena de treinta metros de altura

Mientras Liva y yo continuamos nuestro paseo sobre el rugoso paisaje de arena de Loonse en Drunense Duinen, nos sentimos parte de una fórmula climatológica. Afirma que cuanto más alto se eleva el sol por encima de los árboles, más rápido se evapora la niebla y de más capas de ropa tiene uno que despojarse. En el verano, la temperatura diurna y nocturna en esta reserva natural puede variar hasta cincuenta grados centígrados; no se llama el Sahara de Brabante por nada. Y como si eso no fuera ya lo suficientemente tortuoso, la arena brillante también actúa como una especie de espejo y te ciega totalmente.

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Descubre los Países Bajos

Las aventuras de Bas van Oort y Dirk Wijnand de Jong en su propio país se pueden seguir a través de www.instagram.com/expeditieachtertuin. Recientemente, las fotos e historias más bellas también fueron incluidas en un bonito libro de mesa de café, que inmediatamente terminó como un Bestseller. En 256 páginas Expedition Backyard muestra que no tienes que sentarte en el avión durante horas para ver algo hermoso y mágico, o para ir sentir la aventura. A la venta en librerías y en Expeditie Achtertuin por 29,50 €.

En algún lugar en la distancia resuena el gorgoteo de un pájaro carpintero moteado, tac, tac; y la siniestra llamada de un buitre sobrevolándonos

Decidimos buscar algo de sombra y refrescarnos en el bosque. No hay camino que seguir, así que nos sumergimos en los ecos del bosque, pasando junto a dos enormes abetos, caminando sobre una alfombra de piñas, miles de ellas. Me encanta esto, el misterio del silencio y el eco. Cuando una rama se rompe en algún lugar, de repente se nos despierta un atento estado de alarma. ¿Quién sabe qué clase de criatura se esconde entre los arbustos? En algún lugar en la distancia resuena el gorgoteo de un pájaro carpintero moteado, tac, tac; y la siniestra llamada de un buitre sobrevolándonos. Este tipo de información sobre aves la recibo principalmente a través de una ‘fuente de información en directo’. Funciona así; yo Whatsappeo tres o cuatro pistas a mi hermano, Gertjan. Por ejemplo: “pájaro cantor pequeño y marrón, posado en una rama, tiene una cresta”, y responde inmediatamente con una foto de un alondra e información sobre su canto, áreas donde se encuentra y sus características. Justo antes de terminar nuestro viaje a través del parque, tres ciervos hacen un salto parabólico sobre un tronco de árbol en el camino. ‘Corzos’, me corrige mi hermano inmediatamente. “Y, por cierto, hacen una ruido terrible cuando gritan. Suenan como un perro con un desagradable resfriado.

Explora el desierto holandés Loonse & Drunense Duinen

 

Tags: Número #11

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