De la montaña al plato en Vorarlberg
Magia invernal en Austria
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La magia del invierno austriaco se revela de muchas formas. Desde la emoción de deslizarse por pistas nevadas hasta el placer de saborear delicias regionales en acogedores restaurantes. Si algo distingue al invierno en Vorarlberg, el destino invernal más occidental de Austria, es su apuesta por la sostenibilidad y un profundo aprecio por los recursos naturales y la cultura local.
El invierno en Austria es algo más que una estación: es un espectáculo mágico. Para experimentarlo de primera mano, viajamos al extremo occidental del país para explorar la diversidad del Kleinwalsertal, la arquitectura de Bregenzerwald y las extensas pistas de Ski Arlberg. Y sí, cada experiencia estará impregnada de autenticidad y respeto por el medio ambiente.
Acompáñanos en un viaje través de historias de bandoleros pirenaicos, monjas místicas feministas de la Baja Edad Media, paradas de autobús diseñadas por arquitectos y pueblos profundamente comprometidos con la sostenibilidad. Y, por supuesto, ¡mucho esquí! Al fin y al cabo, ¡estamos en Austria!
Kleinwalsertal: un oasis alpino
Es sábado y suenan las campanas de la iglesia del pintoresco pueblo de Riezlern, enclavado en el remoto valle alpino de Kleinwalsertal, en el norte de Austria. Estamos aquí para conocer la iniciativa de la comunidad local, “Natur bewusst erleben” (Experimenta la naturaleza conscientemente). “Queremos enseñar a los visitantes no sólo a disfrutar de la belleza de las montañas, sino también a comprender el panorama más amplio de la vida en la montaña”, nos dice nuestro guía local, Herbert Edlinger, mientras caminamos entre prados nevados y granjas por el sendero Straußbergweg, a las afueras del pueblo.
“Este es un pequeño valle con una gran naturaleza. Podemos presumir de un paisaje montañoso fascinante y de una biodiversidad única”, nos dice Herbert, haciendo una pausa para probar los deliciosos salchichones locales. Queremos promover el turismo de naturaleza, pero también educar a los visitantes sobre la importancia de preservar el medio ambiente alpino”.
“Aquí, los agricultores locales encuentran en el turismo una oportunidad para complementar sus ingresos, alternando los trabajos turísticos en invierno y el cuidado del ganado en verano. Aunque no se hacen ricos” añade Herbert, “les permite vivir cómodamente y mantener sus tradiciones”.
El encanto de Riezlern va más allá de sus verdes valles y cumbres nevadas. La oferta que combina hoteles contemporáneos con estilo tradicional, cocina ecológica y actividades culturales invita a los visitantes a sumergirse en una experiencia única en la que naturaleza, tradición y turismo se entrelazan armoniosamente. El pueblo también ofrece actividades para todos los gustos, desde emocionantes jornadas de esquí de travesía hasta relajantes paseos con raquetas de nieve.

Meseta de Gottesacker: un paraíso invernal
Es domingo, y el aparcamiento de la estación del Valle de Ifen está abarrotado de coches. El día soleado invita a disfrutar de las montañas y la nieve, así que planeamos recorrer con raquetas la meseta de Gottesacker.
La meseta protegida de Gottesacker es el paisaje kárstico más importante de Austria y Alemania. Presenta una gran variedad de formaciones rocosas y especies vegetales raras, y tiene más de cien millones de años. Aunque sólo es accesible en verano con el equipo adecuado, tiempo favorable, experiencia en montaña y preferiblemente un guía, una ruta de senderismo señalizada de cinco kilómetros atraviesa el paisaje en invierno.
Un nuevo telecabina nos lleva rápidamente hasta el punto de partida de nuestra ruta. Muchos esquiadores de travesía preparan su equipo mientras nosotros hacemos lo mismo con nuestras raquetas. “Este es un paraíso para el esquí de montaña y el freeride”, nos dice nuestro guía, Stefan Perraud. “Y la meseta también es ideal para caminar con raquetas de nieve, siempre que sigas la ruta señalizada”. Caminamos por la nieve primaveral, mezcla de polvo, costra y suelo duro, hasta llegar a la primera cruz de la cumbre, que corona un pico con vistas a las llanuras alemanas y a las montañas austriacas del valle, todo ello a más de 2.500 metros de altura.
‘Este lugar es un paraíso para el esquí de montaña y el freeride’
“Con la construcción del telecabina, el número de visitantes ha aumentado considerablemente, y antes los visitantes eran montañeros más experimentados”, dice Stefan mientras hablamos de los retos de gestionar los ecosistemas protegidos con el mayor flujo de visitantes que ha traído la telecabina. “Ahora hay más información para la gente y un esfuerzo por educarles en cuestiones montañeras y ecológicas, lo que también forma parte de la iniciativa Natur bewusst erleben Por cierto, Stefan, ¿de dónde viene tu apellido?
“No estoy seguro”, responde, “pero creo que procedo de una familia de bandidos de los Pirineos”.

Ski Arlberg: para amantes del esquí y la gastronomía.
Nos trasladamos a la región de Bregenzerwald, donde nos espera un día de esquí en una de los mejores dominios de Austria y, por tanto, ¡una de las mejores zonas del mundo! Ski Arlberg es el mayor dominio esquiable contiguo de Austria, con trescientos kilómetros de pistas conectadas. Nuestra experiencia de esquí comienza en Warth-Schröcken, donde ya podemos calzarnos los esquís y disfrutar de una gran variedad de pistas. Además, tomando el telecabina Auenfeldjet, podemos acceder a la estación de esquí de Lech Zürs am Arlberg, uno de los destinos más exclusivos de Austria, conocido no sólo por sus pistas de todos los niveles, sino también por sus remontes de última generación, sus acogedores restaurantes de montaña y sus impresionantes miradores.
La estación de Lech no sólo satisface los deseos de los amantes del esquí, sino que también atiende a los paladares gourmet. Lo experimentamos de primera mano con un almuerzo en el restaurante del mejor chef vegetariano de Europa, Paul Ivic, en el Hotel Edelweiss de Zürs. ¡Y qué vistas! Para terminar el día, visitamos Skyspace Lech, una instalación artística transitable del renombrado artista estadounidense James Turrell, que añade un toque artístico a nuestra jornada de esquí.
“La agricultura, la ganadería y la artesanía no han desaparecido en nuestro valle“
Bregenzerwald: lleno de vida
“La belleza de este valle no está sólo en el paisaje, sino también en la cultura”, me dice Luis Bär, profesor jubilado y ahora guía local. La forma en que los habitantes de Bregenzerwald interactúan con su entorno es el tema de senderos especialmente señalizados que atraviesan los pueblos de la región. Suenan campanas mientras paseamos por el pueblo, donde los hoteles contemporáneos comparten espacio con pensiones tradicionales y granjas llenas de animales.
“Este valle tiene una mezcla de pueblos alemanes y de la Suiza occidental, evidente en las diferentes costumbres y dialectos”, dice Luis. La animada vida local en las calles y tiendas destaca en comparación con otros valles y pueblos de montaña. “No hay ningún valle en el que la tasa de natalidad disminuya, y eso gracias al turismo, seamos sinceros”, añade. “Pero la agricultura, la ganadería y la artesanía no han desaparecido en nuestro valle, a diferencia de otros lugares. Y estamos muy orgullosos de ello”.


De la granja al tenedor
“La comida que nos rodea es lo mejor para nuestro cuerpo”. Es una máxima de la famosa monja mística Hildegard von Bingen, considerada una de las personalidades más influyentes, polifacéticas y fascinantes de la Baja Edad Media. “Mi abuela tomó prestado ese concepto y le dio una vuelta de tuerca”, dice Emanuel Moosbrugger, nuestro anfitrión en el restaurante del Biohotel Schwanen, en el pueblo de Bizau. “Todo nuestro menú se basa en ingredientes estrictamente de temporada y ecológicos, incluso los vinos”.
Curiosamente, el hotel, que no figura en las principales plataformas de reservas, tiene tanto éxito como el restaurante. “Es un producto particular, no está hecho para todo el mundo, y sorprendentemente atrae a una clientela muy culta”, explica Emanuel mientras nos sirven el postre. “Sabemos que estamos haciendo algo bien: el sesenta por ciento de nuestros clientes vuelven”.
Y así es. Tras nuestra experiencia en la zona, tenemos una cosa clara: tarde o temprano volveremos para experimentar de nuevo la magia del invierno austriaco.
“La comida que nos rodea es lo mejor para nuestro cuerpo”.
Es una máxima de la famosa monja mística Hildegard von Bingen, considerada una de las personalidades más influyentes, polifacéticas y fascinantes de la Baja Edad Media.
Vacaciones en Vorarlberg
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