El Hotel artístico de Bansky en Belén
The Walled Off Hotel
¿Un hotel junto al muro que divide Israel y Palestina? ¿Con vistas a las torres de vigilancia? ¿Y que además es un museo? ¿Es una broma? En absoluto amigos. El Walled Off Hotel es un genuino hotel artístico con todas las facilidades, concebido por Bansky como un lugar en el que alojarnos en nuestro viaje por la Tierra Santa, a la vez que una invitación a la reflexión, así como al deleite artístico.
“Se me salen las lágrimas”, me dice mi amigo y compañero de viaje argentino cuando nos acercamos hasta el pie del muro. Estamos en la ciudad de Belén, Palestina, y después de haberlo visto hace unos días desde la lejanía, nos hemos decidido a acercarnos hasta sus pies. Su tamaño impresiona. Pero lo que hace emocionarse a mi amigo -y a mi también- no son sus dimensiones, sino lo que representa. Caminamos a lo largo del muro observando sus numerosos grafitis, una caótica sinfonía de mensajes cuyas notas varían del tono humorístico (“Hagan Hummus, no muros”) a la denuncia más cruda del conflicto que desde hace cientos de años sufren israelís y palestinos. Doblamos la esquina y nos encontramos con un edificio singular. A la entrada un primate vestido de botones porta unas maletas y hace el gesto de tocar la campanilla para abrirnos la puerta… ¿qué demonios es esto? Los neones en la fachada nos responden: The Walled Off Hotel.
¿Qué buscamos en un hotel cuando viajamos? Las prioridades de cada viajero ordenarán esa lista, pero todos estaremos de acuerdo de que en esta figurará su situación, sus comodidades, facilidades y servicios, sus vistas… Lo que es seguro es que, en principio, no buscamos un hotel amurallado a los pies de un gigantesco muro.
EL MURO
El muro es una estructura militar de 700 kilómetros de largo construido por el gobierno israelí para separar territorio palestino del israelí. Dependiendo a quien preguntes, te dirán que es un elemento vital de seguridad o un instrumento de apartheid. Sea como sea, lo que es indudable es que se trata de una controvertida construcción con un dramático impacto en la vida de muchas personas.
Entonces ¿por qué Bansky decidiría construir justo aquí un hotel? Bueno, nos encantaría preguntárselo pero, cómo seguramente ya sabéis, Bansky no es un artista precisamente accesible. Pero he aquí nuestra teoría.
Desde nuestros orígenes hasta la actualidad hemos utilizado todo tipo de soportes para representar nuestras inquietudes plásticas o artísticas: desde las paredes de las cuevas hasta las pantallas de las tablets hemos pasado por arcilla, madera, telas, piedra, metales, papel… y paredes. Muchas paredes. Y precisamente las paredes han sido el soporte en el que se han expresado artísticamente los artistas como Bansky: los grafiteros. Los grafitis son una modalidad de pintura libre, realizada generalmente en espacios urbanos, que se caracteriza por su ilegalidad y su frecuente carácter satírico, humorístico o crítico. Un tono que -precisamente- Bansky ha mezclado como nadie en diferentes piezas a lo largo y ancho del mundo; y algunas de las más celebradas han sido -precisamente- en Palestina.
“Los grafitis son una de las pocas herramientas de las que dispones si no tienes casi nada”, escribe Bansky en su libro Banging Your Head Against a Brick Wall “e incluso cuando tu pintada no vaya a solucionar la pobreza en el mundo, puedes hacer a alguien sonreír mientras echa una meada.”.
La expresión de los pensadores más anónimos. Arte como forma de denuncia. ¿Tiene o no tiene lógica el hotel y su emplazamiento?
“E incluso cuando tu pintada no vaya a solucionar la pobreza en el mundo, puedes hacer a alguien sonreír mientras echa una meada.”
LAS HABITACIONES
Una de las pintadas más famosas de Bansky decora el cabecero de la cama de una habitación del hotel, en la que un soldado israelí y un palestino tapado por una kufiya pelean con sus almohadas. Dormir en una de las habitaciones de este hotel es como hacerlo en un pequeño museo. Literalmente dormirás en obras de arte habitacionales concebidas por Sami Musa, Dominique Petrin o el propio Bansky.
Prácticamente todas ellas tienen vistas al omnipresente muro de la ciudad plagado de pintadas, e incluso los huéspedes de espíritu más exhibicionista podrán exponerse a las miradas de las torres de vigilancia. Y sí, todas ellas tienen minibar, wifi, radio, caja de seguridad y aire acondicionado.

Aquellos que viajéis con un presupuesto ajustado, encontrareis cama desde 60$ la noche en la zona de literas compartidas, equipada y decorada con restos de un barracón militar israelí. Sin lujos, pero con taquilla, baño compartido (y tapones de oídos disponibles).
Por otro lado, la suite presidencial está preparada para acoger hasta a cuatro personas, y equipada con librería, home cinema, jardín en la azotea y por supuesto piezas de arte originales. La gran bañera se llena desde un tanque de agua tiroteado, y tiene a la disposición de los clientes un completo set de minerales de baño del Mar Muerto. En definitiva, como señalan desde el hotel: “está equipada con todo los que un corrupto jefe de estado necesitaría”.
PIANO BAR
Fue en 1917 cuando Gran Bretaña salió de Palestina, y el piano bar está tematizado como un puesto colonial de la época: lánguidos ventiladores de techo, sofás tapizados de cuero “y un aire de inmerecida autoridad”, señalan desde el hotel. Es el lugar perfecto para tomar té y pastas a la vez que de alguna de las piezas de arte más interesantes del hotel.
Y seguramente estaréis de acuerdo en que un piano que toca solo, se merece un párrafo aparte… ¿verdad? “Nuestro pequeño gran bebé mecánico se controla a distancia y está programado para interpretar una selección de composiciones contemporáneas”. Y no sólo eso. Todos los días, a partir de las 7 de la tarde, se programan conciertos grabados exclusivamente para el hotel de artistas como Jarvis Cocker, Trent Reznor y Atticus Ross, Flea o Hans Zimmer. No nos extraña que todo un Brian Eno escogiese recientemente este hotel para un retiro musical… ¿Os imagináis alojaros y encontraros con un artista de su talla al piano?
MÁS QUE UN HOTEL
El Walled Off Hotel es un negocio totalmente independiente financiado por Bansky, y gestionado totalmente por palestinos. El objetivo es llegar a un punto de equilibrio y devolver los beneficios a los proyectos locales.
Buena prueba de ello es, por ejemplo, la galería de arte; un espacio gestionado con completa autonomía del hotel, y que es la plataforma más grande de arte en Palestina dedicada a artistas locales. Muchos de los más notables, como Suliman Mansour y Nail Anani, tienen piezas expuestas, pero también hay un espacio dedicado a artistas emergentes.
En cuanto al museo, está dedicado exclusivamente a la biografía del muro. Las piezas de la colección han sido recopiladas en colaboración con el Dr Gavin Grindon de la Universidad de Essex, y destacan por la variedad de registros y testimonios.
Y como el hotel no tiene televisores, no te puedes perder la librería. En ella encontraréis la colección más completa sobre la temática del muro. Los clientes pueden tomar prestado cualquiera de los libros con un pequeño depósito.
Tanto el museo como la galería de arte están abiertos al público a diario de 11am – 7:30pm. El piano bar igualmente de 11am – 10pm. El piano bar está abierto todos los días de 11 am a 10 pm.
Y, por supuesto, todo el mundo estará de acuerdo en que un piano que se toca a sí mismo merece una mención honorable… ¿Correcto?
VIAJE TRANSFORMACIONAL
¿Qué buscamos cuando viajamos? Pues al igual que pasa con los hoteles, cada uno de nosotros tendrá una lista con preferencias y prioridades distintas. Pero seguramente todos nosotros recordaremos más aquellos viajes con la capacidad de cambiar, en mayor o menor medida, nuestra vida, o al menos la forma que vemos y experimentamos el mundo. En ese sentido, este hotel es imprescindible. Como nos remarcan desde la dirección: “Este lugar es el centro del universo, cada vez que Dios viene a la tierra parece que ocurre cerca de aquí. La arquitectura y el paisaje son impresionantes, la comida deliciosa y la situación actual notable y conmovedora. Este es un lugar de inmensa importancia espiritual y política – y muy buen falafel. Le garantizamos que no se sentirá decepcionado.”
Así que ya sabéis.. Cuando preparéis la mochila para vuestro próximo a Palestina, no olvidéis un espray de vuestro color favorito para dejar vuestra huella en el muro después de la experiencia. Tan solo intentad que vuestro mensaje no sea trivial… y recordad a Picasso cuando dijo “El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad”.